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Curso 2016-2017 Educación Voluntariado

El respeto, las bofetadas y chistes de acoso

José Vela, uno de los miembros más activos del grupo de Educación, escribía hace un par de días este artículo (que reproducimos íntegro) en el diario digital BEZ al respecto de la falta de respeto, empatía y, en conjunto, ausencia de valores que, a veces, nos encontramos en las aulas:

Desde el grupo de Educación del Colectivo COGAM, entre otras actividades, formamos a las futuras y futuros dinamizadores que impartirán talleres de prevención de LGBT-fobia. Hace tiempo que nos dimos cuenta de que lo más importante, el valor fundamental en el que se fundamenta cualquier taller de prevención o de intervención, es la empatía y el respeto. Mi amigo y compañero Dani nos recordaba en una formación cómo, en muchas ocasiones, los talleres no pueden cubrir todos sus objetivos porque encontramos que nos falta la base esencial. En algunos centros la carencia trabajo en valores es preocupante. No se puede trabajar el respeto al otro, al diferente, si no se han transmitido unos mínimos valores de respeto y, sobre todo, de empatía a lo largo de la escolarización. En estas ocasiones, dedicamos el taller a explicar que las compañeras y compañeros son personas y sienten como cada uno.

¿En qué momento alguien moralmente sano puede pensar que va a tener a la opinión pública de su parte cuando le tomas al pelo a alguien, este te responde con una bofetada, le denuncias y anuncias que esperas que pierda su trabajo gracias a ésta?
Después de años impartiendo talleres adquieres la capacidad de detectar en el alumnado, en minutos, cuándo hay cohesión, respeto, y  capacidad de ponerse en el lugar del otro. Qué siente la otra persona cuando ocurre tal cosa. Este pequeño detalle es la piedra angular del éxito de toda intervención educativa. Desde eliminar el fracaso escolar hasta limpiar de racismo nuestros colegios. Todas dependen de la empatía. Tan importante es que las sucesivas leyes educativas españolas lo han ido recogido en sus articulaciones. La formación integral de la persona se debe trabajar desde primaria pues el aprendizaje en valores es fundamental. La Institución Libre de Enseñanza del año 1876 ya lo recogía.
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Desde este planteamiento denunciamos, todas las personas que nos dedicamos a la educación, que es necesario cumplir con la ley a la hora de la formación integral del menor como persona para evitar problemas como la LGBT-fobia, el racismo, el sexismo o el clasismo. Además, la mera convivencia en sociedad depende de individuos equilibrados y sanos más allá de sus conocimientos académicos. Situaciones como la del recientemente bautizado Youtuber Caranchoa y la del humorista Jorge Cremades nos hace pensar que nos queda mucho camino. Uno considera legítimo insultar a un señor para llenar de contenido su canal de Youtube con bromas y el otro, no ve nada malo en videochistes machistas siempre y cuando aumenten sus seguidores. ¿En qué momento alguien moralmente sano puede pensar que va a tener a la opinión pública de su parte cuando le tomas al pelo a alguien, este te responde con una bofetada, le denuncias y anuncias que esperas que pierda su trabajo gracias a ésta? ¿Dónde estaba Cremades cuando la población se conmovía con las violaciones y acosos a mujeres ebrias en las fiestas populares este verano, como para para hacer un chiste sobre ello o no retirarlo si se hizo? Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el recuento hasta septiembre de 2016 nos habla de 32 victimas mortales de violencia de género. Y solo cuenta parejas. Como para reír chistes sexistas estamos.

Una parte de España reía ante los chistes sobre mujeres maltratadas de los famosos humoristas Martes y Trece y otra parte lo sufría como una agresión más.

Entiendo que para ser una estrella mediática hace falta un ego muy grande pero no tanto como para que no se pueda ver al resto de la sociedad. Como sociedad hemos aprendido mucho. Una parte de España reía ante los chistes sobre mujeres maltratadas de los famosos humoristas Martes y Trece y otra parte lo sufría como una agresión más. Años más tarde, el dúo ha manifestado en múltiples situaciones su arrepentimiento ante esa actuación en concreto. Hizo falta la sádica muerte de Ana Orantes en 1997 para despertar a España y ver que no era cosa de broma. Que no se nos olvide que sentir el dolor ajeno, empatizar y respetar al otro forma parte de los elementos que constituyen a una buena persona, las personas que queremos en nuestra sociedad. Todos queremos hijas e hijos morales y sabemos que los valores se aprenden. No todo vale en el humor.

Y cierro con otro comentario, esta vez por Facebook, el de la persona detrás del blog de humor feminista Palomitas en los Ojos: “Cada vez estoy más de acuerdo con lo Políticamente Correcto”. Sobre todo, porque esto significa no reírse de personas en una situación desfavorecida respecto a mis privilegios. Esto es lo primero que debemos aprender.