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Guías y recursos para educadores

Recursos para educadores 

 

ABRAZAR LA DIVERSIDAD: propuestas para una educación libre de acoso homofóbico y transfóbicoGuía para la prevención del acoso escolar LGBT-fóbico y recursos, publicada en julio de 2015, editado por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades.

YO A ESO NO JUEGO: Bullying y ciberbullying en la infanciaModelo de protocolo de actuación ante casos de acoso y ciberacoso, elaborado por «Save the Children».

Guía de recursos para centros educativos en casos de ciberacoso: La intervención en los centros educativos – Materiales para Equipos Directivos y acción tutorial, publicada por el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid.

Guía de actuación contra el ciberacoso: Guía de recursos para padres y educadores publicada por el INTECO (Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación).

Guía legal sobre ciberbullying y grooming: Guía elaborada por INTECO. Proporciona toda la información legal para hacer frente a situaciones de acoso en la Red.

CIBERBULLYING: Prevenir y actuar. Hacia una ética de las actuaciones en las Redes Sociales: Guía de recursos didácticos para centros educativos publicada por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

Otras investigaciones

 

1997 – Investigación sobre las Actitudes hacia la Homosexualidad en la Población Adolescente Escolarizada de la Comunidad de Madrid: una de las primeras investigaciones elaboradas por COGAM acerca de la homosexualidad en centros educativos.

1999 – La orientación sexual en el Sistema Educativo Español: Investigación llevada a cabo por COGAM en 1999 sobre la problemática de las jóvenes lesbianas y los jóvenes gays en los centros de enseñanza.

2000 – Familias de hecho: Informe sobre la realidad social de las familias formadas por lesbianas, gays y sus hijos/as elaborado por COGAM en el año 2000.

2003 – La homosexualidad en los Centros Educativos de la Comunidad de Madrid: Gays, lesbianas y transexuales adolescentes: ¿Tienen cabida en el Sistema Educativo? Investigación elaborada por COGAM en 2003.

2005 – Homofobia en el sistema educativoInvestigación pluridisciplinar elaborada por COGAM en 2005 sobre la percepción que los adolescentes escolarizados tienen sobre la homosexualidad, las situaciones de acoso que viven los estudiantes LGTB, y las respuestas de la Comunidad Educativa ante el problema de la homofobia.

2007 – Adolescencia y sexualidades minoritarias: investigación elaborada por COGAM en colaboración con la UAM y la FELGTB en el año 2007.

2009 – Adolescentes ante la diversidad sexual: Investigación sobre las actitudes ante la diversidad sexual de la población adolescente de Coslada (Madrid) y San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), elaborada por la FELGTB en 2009.

2012 – Acoso escolar homofóbico y riesgo de suicidio en adolescentes LGTBEn este informe se presentan los resultados de la investigación llevada a cabo sobre acoso escolar homofóbico y riesgo de suicidio en adolescentes y jóvenes lesbianas, gais y bisexuales españoles. La realización del estudio la llevaron a cabo el Área de Educación de la FELGTB y la Comisión de Educación de COGAM en 2012.

2013 – Diversidad y Convivencia: una oportunidad educativatrabajo de investigación pionero en estudiar la diversidad sexual en centros educativos españoles con docentes en activo, coordinado por el profesor José Ignacio Pichardo de la Universidad Complutense de Madrid, elaborado en 2013 en colaboración de la UCM y la FELGTB.

2013 – Homofobia en las aulas 2013. ¿Educamos en la diversidad afectivo-sexual?: estudio llevado a cabo por la Comisión de Educación de COGAM en 2013 acerca de la LGBT-fobia en las aulas de la Comunidad de Madrid (este es el estudio previo al presentado en 2015, cuyos datos se comparan en el mismo)

 
 

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Curso 2016-2017 Educación Relatos

VIHda

Tania Criado

Había calculado con tremendo margen de error el tiempo que necesito para llegar al hospital desde mi nuevo y —ansío esta vez— duradero trabajo, adelantándome en casi dos horas a la cita para la consulta y decidiendo esperar a Lucía tomando un café. Lucía siempre me acompaña a mis revisiones. De pequeño desarrollé un problemático mecanismo de defensa que hace que deje de prestar atención cuando un médico me explica qué me pasa. Aunque nuestro motivo realmente es que buscamos estar siempre juntos.

La reconocí de inmediato o, siendo preciso, reconocí el rostro más triste y ausente que mis ojos hayan captado. Estaba sola en una mesa, como sola estaba en las tres ocasiones que nos cruzamos con ella en la puerta del la Unidad. No me gusta importunar y menos en la cafetería de un hospital, pero la percibía tan desolada que mi instinto de protección me hizo reaccionar en contra de mi prudencia y de formalismos sociales. Aprovechando la ausencia de mesas libres me acerqué a la que ocupaba, preguntándole si podía sentarme. Me respondió con un leve asentimiento de cabeza tras intentar y no conseguir mirarme. Permanecimos un buen rato en absoluto silencio. Sus párpados caídos me permitieron observarla libre de disimulos y notar que en cada segundo transcurrido arrugaba más y más el ceño, contrayendo su rostro en una mueca de irremediable fatalismo y escondiéndose entre un complicado laberinto de brazos y piernas. Saqué dos caramelos de la mochila y le ofrecí uno que rechazó con mudos gestos y prácticamente sin mirarme. No importaba, pues mi propósito no era endulzarle la boca, sino entablar contacto. Volví a abrir la mochila y extraje mi portátil. Lo encendí, busqué un archivo y fijé mi atención en la pantalla como parte de mi estrategia de acercamiento. Pasados unos minutos considerablemente razonables alcé la vista y le solté a bocajarro, para pillarla por sorpresa y evitar que me mandara a hacer puñetas, «Soy fotógrafo y me harías un gran favor si me dieses tu opinión sobre una composición que me trae de cabeza». Objetivo alcanzado: atónita consintió y yo le pasé mi portátil, obligándola a desenmarañar sus rígidas extremidades. Permanecí callado hasta que me lo devolvió con un tímido «es bonito». Perfecto, el hielo estaba roto y ahora tocaban las presentaciones para dar paso a lo bien que había quedado la cafetería después de la reforma que tanta falta le hacía. Ante este último comentario su cuerpo se relajó bruscamente y rompió a llorar. Volví a abrir mi mochila y cogí un pañuelo de papel que le tendí y aceptó entre convulsiones, hipos y unas pupilas cargadas de más dolor que de lágrimas. Era la primera vez que yendo a una de sus revisiones alguien, al margen de la plantilla del centro, hablaba con Laura.

vihda

Tras calmarse y beber el vaso de agua que fui a buscar me contó que la mujer de sus sueños, a la cual ama con todo su corazón y con la que anhelaba casarse y tener muchos mocosos, contrajo el virus de la inmunodeficiencia humana en una relación que mantuvo en un tiempo que estuvieron separadas, transmitiéndoselo al ignorar ser portadora cuando retomaron su vida en común. Y por mucho que Laura insistiera en no arrojar reproche alguno su gran amor fue incapaz de aplacar el sentimiento de culpabilidad que albergaba en su interior, rompiendo definitivamente con ella y sus sueños. Destrozada buscó consuelo en sus padres y hermanos, anunciando el abandono y revelando su diagnóstico. Sólo la madre, visitándola a escondidas sin apenas tocarla por miedo a que la ‘contagie’, mantiene trato con Laura. El resto de su familia la ha arrojado de sus vidas.

Ante estas reacciones y la convicción de no contar con fuerzas suficientes para afrontar un nuevo vacío Laura no se ha atrevido, y duda que algún día lo haga, a sincerarse y contar todo lo ocurrido a sus amigos, de los que a marchas forzadas se aleja.

Su historia provocó en mí un sentimiento dicotómico. Una mitad de mi alma sintió una gran pena por aquella mujer y la otra mitad una gran gratitud por cuantos me rodean. De mi familia y grupo de amigos nadie me ha repudiado por ser VIH+, aunque muchas collejas me han caído por inconsciente y por únicamente pensar en el embarazo al mantener relaciones sexuales, olvidándome del preservativo cuando una chica me decía que tomaba la píldora. Como tampoco Lucía cuando le declaré mi amor y confesé que tengo este virus.

En los tres años que llevamos juntos Lucía nunca ha experimentado dudas ni miedo ni lágrimas. Es la persona más valiente, sensata y libre de prejuicios que conozco. Y, por encima de todo, el ser más generoso que existe, pues conoce la realidad más dura de la enfermedad. Su hermano y el novio de éste murieron hace ya casi veinte años  víctimas del sida.

Antes de despedirnos pedí a Laura su número de móvil avisándole que desde ese instante somos amigos.

Un virus no tiene poder para arruinarnos la vida y la sociedad no tiene derecho a volvernos infelices.

Tania Criado